jueves, 11 de marzo de 2010

Carrito I - Introducción y algunos sabores


Hay momentos en la vida en que a uno se le plantean varias opciones, varios caminos, y uno tiene que elegir. Esa elección va a desencadenar un montón de sucesos y va, de alguna manera, a descartar otros. Uno de esos momentos claves en la vida se da cuando vamos por la calle con un hambre de fantasma viejo y decidimos parar en frente a un carrito.

Esa no es la decisión más jodida igual. La verdadera encrucijada se presenta cuando el loco del carrito te hace la pregunta: Qué le ponéeeeeee???

Ahí, parado en frente a miles de opciones, los gustos y las salsas desfilan por delante de nuestros ojos ofreciéndose, mostrándose, y es imposible no dudar. Por eso, este humilde servidor, en las líneas siguientes intentará brindar una ayuda a la comunidad para facilitar esta difícil tarea.

Esta es la primera entrega de "Dime qué pides o que gusto eres y te diré quién eres o cómo eres respectivamente"

1. Jamón y muzzarela

Amantes de las ricuras, del color, de lo distinto. La hamburguesa no es lo mismo sin esta pareja de aditivos que le dan ese toque de sabor y textura. La diferencia en precio es ínfima y la relación costo-beneficio sirve...como sirve!!! Cuando alguien pide "dame una común" los mirás con cara de "te faltaaaaaaaaa" y en algunos casos le pagás la diferencia y le decís "el jamón y muzzarela corren por mi cuenta" mientras le das unas palmadas en la espalda.

2. Ajo y perejil

Un dúo misterioso sin dudas, con un aspecto que no dice nada, no se regala, te mira desafiante con esa textura áspera y esos colores mate que no provocan deseo de consumo. De todas formas tiene su público, que firme y decidido lo solicita. Un sabor que se siente pero no opaca, sin dudas no es la vedette del bocado pero dice presente desde lo bajo. Un sabor laburante.

3. Panceta

En el reino de los carritos la panceta es la reina, casi una deidad. Un sabor que te lleva a darle un abrazo a San Pedro en cada bocado. Un placer casi orgásmico...bueno...ahí, pero se entiende, no? Su presencia en la hamburguesa debería decretarse obligatoria. No puede faltar. Va más allá de todo. Un aplauso para la panceta!! Se lleva muy bien con el huevo frito, pero no es el momento de él, ahora estamos con ella...salve la panceta!

4. Cebolla

Estamos en un mundo polarizado, verdad? Y como tal, hay gente a la que le gusta la cebolla y hay gente a la que no. Dentro de la gente que si gusta de la cebolla, también hay dos tipos de persona cuando se paran enfrente al carrito: los que comen la cebolla como viene y los que la prefieren frita. Así que vamos a analizar ambos casos...

La cebolla pura está salada. Es un arma de doble filo que hay que saber controlar. La tipa sabe que le da tremendo color al bocado, esa acidez disfrutable en cada mordida. También sabe que "vuelve", te acompaña por varias horas luego de la ingesta, te pone un cartel de "PROHIBIDOS LOS BESOS" y ni hablar de hablar de cerca no...charlamos, pero de lejos nomás. Mucha actitud la cebolla pura, un gusto recio que te mira de pesada y te dice: "qué pasa? No te dan los huevitos, blandito".

Con la cebolla frita tengo problemas...la cebolla frita no es cebolla loco! Es otra cosa, agarra como un sabor dulzón, o sea, NO ES CEBOLLA, me da hasta rabia, es un gusto cagón, y, sin ánimos de ofender, cagones los que la piden (mucho más si piden que se la friten en el momento). Si te gusta la cebolla, te gusta como viene de fábrica, dejate de frituras! No aporta nada en absoluto, pasa totalmente desapercibida, queda opacada por cualquier otro sabor, es como ponerle papel picado a la hamburguesa. De todos modos, quiebro una lanza por ella porque en el fondo, muy en el fondo, todavía es cebolla, una cebolla devenida en algo insulso, de la gloria al vacío en una pasada de plancha.

5. Hongos

Si esto fueran las cartas MATCH 4 de autos, donde los autos competían de acuerdo a sus diferentes atributos, no tengo dudas que los hongos tendrían el máximo en la categoría textura. Están para eso, uno se come un bocado de hongos y no se deleita con el sabor, es algo muy suave que sabemos que va a quedar opacado por los otros gustos de más porte. Pero esa suavidad a la mordida, aaaaahhhh, un placer, no ofrece resistencia a la mordida, pero está ahí, es un mimo que nos hace la hamburguesa, las paletas pasan, los reconocen, los saludan y siguen con el goce de haber pasado por ahí. Un aditivo que no debe faltar, la ternura hecha sabor. El aspecto no es llamativo, es verdad, pero son inofensivos. Ponele ternura a tu hamburguesa.

6. Pickles y catalanes

Entramos en un terreno escabroso. Un gusto que se impone, decora la vidriera y la hamburguesa, sabe que sale, se destaca por su colorido, es un payaso en un velorio. La gente los encara, los mira y piensa en ese picante, piensa "ese coliflor blanco fosforescente no puede estar bien" o "qué vegetal será ese?". También piensa en los pro y los contras. Son un deleite al paladar si somos amigos de lo fuerte, de lo picante, pero una realidad que no hay que olvidar es que esos muchachos en algún momento "salen", y como salen! Es una evaluación que hay que hacer mientras esperamos que nos atiendan, el angelito y el diablito, la lechuga y el catalán picante, la decición no es fácil. Un sabor gallardo y mutante.

7. Pepinos avinagrados

Acá es cuando nos ponemos de pie para leer o escribir dependiendo el caso. Cuando escucho pepinos avinagrados se me pone la piel de gallina, un escalofrío me recorre la espalda, siento que las demás palabras y sonidos pasan a un segundo plano y todo se vuelve difuso. Somos los pepinos, el loco del carrito y yo, nada más.

Un sabor que no está en todos los carritos, sólo lo encontramos en los lugares más selectos del condado, una figurita difícil de encontrar. De los sabores más temerarios, si no es el MÁS TEMERARIO, la última vez que estuvimos frente a frente me ganó, no toleré su presión, no lo pedí...hay que tenerlas bien puestas para agregarlo en la hamburguesa. Es para gente que no tiene nada que perder.

Si uno lo piensa un instante ni en pedo pone esos pseudovegetales en su bocado. No se sabe de donde vienen. Pueden hacerlos en un campo de trabajo forzado en la Guyana Francesa, los hace la abuela del dueño del carro, quién carajo produce ESO? No se sabe su origen, pero si su destino es entre tus panes, sin dudas el viaje es sin retorno, un sabor dominante, ácido, con mucha repetición en el after, al fin y al cabo un vicio. No los consuman sin la supervisión de un adulto responsable o con alguien que ya los haya comido antes, no es para principiantes.


No se pierdan la próxima edición de "Dime qué pides o que gusto eres y te diré quién eres o cómo eres respectivamente"...próximamente en los mejores blogs de la vuelta...y en ElTíoJacobo...

1 comentario:

  1. Tio uste que la tiene clara, cual es el mejor carrito? Dejo abierta la discusión a presuntos expertos que puedan aportar tambien...

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