viernes, 28 de agosto de 2009

Little Mozart


El niño Mozart se levantó como todas las mañanas, estaba frío, pero era esperable considerando que era invierno y Salzburgo estaba cubierta de nieve. Se puso su peluca blanca talle P y bajó a desayunar. Tomó el clásico café con leche y después de lavarse los dientes arrancó para la escuela de niños músicos prodigios.

Mozart andaba zarpado ya de pendejo y le pasaba el trapo a casi todos sus compañeritos de clase, incluso a los mayores que él. Con los que más pica tenía eran los de la barrita de 5 años, que más de una vez le desafinaron el piano y pusieron pelusa de los árboles en la peluca, pero Wolfgang ni se tocaba. Sacaba tremendas sinfonías con el piano desafinado y si la peluca le picaba, se la sacaba y metía tremenda onda con una cicatriz que tenía en la cabeza con forma de clave de Fa.

Ese día fue especial en la escuela, un alumno nuevo que venía del exterior le sacó todo el protagonismo a nuestro pequeño prodigio y hasta le sopló la novia así como si naaaadaaa. Se llamaba Gerardo y curtía ritmos hasta ese momento desconocidos para Amadeusito. - Maldito Gerardo Nieto- pensaba - que venís con la plena para acá...ya vas a ver...mmmmmbbbbuuuaaajajajajaja.

Luego de intercambiar unos cuantos mails con Omar Gutiérrez, Mozart transó con el narigón para que lleve a Gerardo todos los sábados a su programa por el resto de los días a cambio de unas monedas de oro y de un ser extraño, medio colorado, que solía vagar por Salzburgo y oficiaba de criado del joven. A Omar le gustó la idea de tener un sirviente y ya se lo imaginó apareciendo en todos sus programas aplaudiendo, arengando a las masas...que visión!

Mozart quedó marcado después de este suceso, que también influenció notoriamente su carrera musical. A los 35 pirulos se fue a tocar el arpa (al más allá, obviamente...), su legado lo conservamos hasta hoy...salú colorado!

miércoles, 19 de agosto de 2009

Nunca es igual

Conozco estas calles como la palma de mi mano.
(Bah, frase muy trillada y no tan cierta, borrá)

Conozco estas calles desde que era niño.
Las podría caminar con los ojos cerrados.
(Claro, seguimos buscando el aplauso fácil)
Y en cada paso, encuentro un recuerdo:

Acá vivía Emilio, con el fumé mi primer cigarro
Qué nervios al comprarlos!

En aquella esquina me agarré a piñas una noche
cuándo un desgraciaú le tocó el culo a mi novia.
Tremenda borrachera me agarré en la ferretería,
que por aquel entonces era un boliche.
Cómo regresé a casa esa vuelta? No está en mi memoria
Fue borrado, por completo.

En esa plaza con pasión besé a Natalia.
Ella estaba muy nerviosa, fui su primer novio.
Casi puedo escuchar sus tiernas palabras
Y siento esas maripositas de la adolescencia
Unas semanas mas tarde me dejó,
le gustaba mi mejor amigo.

Hoy no reconozco ningún rostro,
camino sin que nadie me mire.
Ya ni fumo, ni me peleo con la gente
Menos aún tengo lugar para un amor.

Consciente de que vivo,
sé que lo que ahora siento
no es otra cosa
que una futura colección de recuerdos.

martes, 11 de agosto de 2009

Cuentos del Tío


Hoy me levanté cansado. No estoy acostumbrado a esta nueva vida. La vereda es muy dura para dormir. Espero con el tiempo poder acceder a un lugar mejor donde pasar las noches. Estaba agresivo y de mal humor, así que fui hasta el bar y me compré algo para desayunar, un vino cortado con coca-cola y un bollo de pan por las dudas que el vinito me caiga mal. Después del desayuno mejoré notablemente la cara. Estaba más contento, casi a pleno de no ser porque estaba muy mugriento.

Puse mis cosas en la bolsa y me fui a manguear a una plaza. La gente casi no se acercaba, lo que más llamaba la atención era mi hámster, mi mascota fiel. Cuando se acercaban y pintaba conversa, me las arreglaba para que me dejaran una moneda, algo para comer o para tomar. Cuando el hámster se emboló de la gente y casi muerde a un curioso, lo metí para adentro del bolsillo doonde le gusta estar y saqué mi flautín para llamar un poco la atención y rescatar alguna moneda más.

Satisfecho con la labor de la mañana y con algún mango para cubrir las necesidades básicas, me eché en un parque a leer un poco para alimentar el intelecto y descansar un poco. Ahí pintó comerse el bollo de la mañana acompañado de un vinito, como siempre, para mantener la alegría vio?

De tarde salí a juntar chatarra a ver si podía venderla y hacer algún mango más y de paso cañazo capaz que encuentraba algún cachivache útil, para venderlo, para defenderme o algo así. No fue el caso, junté unos cuantos envases y los pasé a cobre.

Perdón, no me presenté, soy Jacobo, me dicen el Tío. Le gusta el hámster? Se llama...

domingo, 9 de agosto de 2009

Perdido


No se que hacer
Estoy trancado en el tiempo
No puedo cruzar la barrera que separa la realidad de la fantasía
La adolescencia de la adultez
Preciso ayuda en la transición
No se de dónde agarrarme
No se a quién recurrir
Estoy sólo?
En realidad no
Quiero pero no puedo
Se lo que tengo que hacer
No se como hacerlo
No puedo pedir ayuda
Yo puedo solo
No puede ser tan difícil
Yo se que puedo
Caigo de nuevo
No puedo abrirme
Preciso ayuda
Preciso ayuda!
Preciso ayuda!!
No puedo levantarme
No quiero levantarme
Quiero quedarme acá
Tengo que hacer algo
Quiero quedarme
Quiero quedarme!
Preciso ayuda
Ayuda!
Por favor!...Ayuda!
No puedo más
...............................

sábado, 1 de agosto de 2009

Historias "de ninjas"


La ciudad recibía a la convención internacional de ninjas y la calle era un caos. Para cualquier lugar que uno miraba veía ninjas caminando, charlando o haciendo cosas de ninja. Los había de todas las nacionalidades, todos luciendo sus trajes de ninja más sofisticados (toy medio pesado con "de ninja"...es que quiero que quede claro..."de ninja") y haciendo alarde de sus logros recientes.

Pasé por la plaza que quedaba en frente al hotel donde se realizaba el encuentro y estaba llena de osos caracterizados con los colores o distintivos de cada uno de los países participantes. Los ninjas se sacaban fotos con los osos y hacían macacadas a su alrededor gritando como locos, se divertían colocándole sus armas a los osos y haciendo posiciones sexuales con ellos. Una locura.

La curiosidad me llevó a querer ingresar al congreso, pero cuando me disponía a hacerlo me pidieron mi carnet de ninja y se burlaron de mi indumentaria. Les dije que no era ninja pero estaba interesado en saber de que se trataba todo eso. Los dos ninjas porteros se miraron con cara de reprobación y me dijeron que era imposible que entrara sin carnet y menos vestido así. Después de dos horas de cháchara, una bolsa de bizcochos surtidos sin dulces rellenos de membrillo ni salados comunes y $ 90 en tickets alimentación los pude convencer. Me dieron un traje y entré.

En la recepción había una ropería, o mejor dicho armería, donde los ninjas dejaban sus estrellas ninja, sables y otras cosas de ninja que no estaban permitidas en el recinto como cámaras de filmar, tostadoras y discos de los Beach Boys o de Marcela Morelo.

Miré el programa. Era bastante interesante:

Miércoles 14
- 8:00 : Desayuno
- 9:00 : Entonación de himnos nacionales
Jueves 15
- 8:00 : Desayuno
- 9:00 : Entonación de himnos nacionales (cont.)
- 17:00 : Merienda con actividad lúdica en equipos: cazar moscas con palitos chinos
- 20:00 : Cacería misteriosa o rayo mortífero
Viernes 16
- 8:00 : Desayuno
- 9:00 : Disertación: "La bomba de humo: uso o abuso?"
- 11:00 : Ronda de discusión: "El misticismo que rodea al ninja"
- 13:00 : Cuadrilla de limpieza ordena los daños consecuencia de la ronda de discusión
- 19:30 : Palabras de cierre a cargo del Sr. Miyagui
- 23:00 : Fiesta de despedida en Pikaros

Sólo llegué a escuchar una parte del discurso del Sr. Miyagui. Muy emotivo, pero me tenía que ir. Los porteros ninja se volaron y no me dejaron las pilchas. Me fui al Subte a comer unas muzzas y al sobre.