sábado, 23 de mayo de 2009

Cuentos chinos...o de por ahí


El otro día, iba caminando por Barrios Amorín como yendo pa'l Palacio y en la vereda de enfrente ví algo increíble. Venían caminando en direcciones opuestas y a unos cuantos metros de distancia, dos luchadores de Sumo (luchadores posta! sólo con el pañal y con la cara pintada tipo E Honda de la Street Fighter). A la distancia se venían mirando, se medían, una situación de voltaje extremo. Cuando por fin se cruzaron, se enfrentaron, hicieron el ritual con las manos ese que hacen antes de empezar el combate y ta...se dieron tremendo chupón, se agarraron de la mano y arrancaron a caminar los dos en la misma dirección que yo. Quise sacarles unos metros pensando "a estos gorditos los como en dos panes", pero iban al mismo tranco que yo, y no me pintaba achicar pa que se fueran, y bueno, y llegamos hasta el Palacio todos juntos, yo por mi vereda y ellos por la de enfrente, pero ta, en el Palacio hay que cruzar por la cebra y ellos tuvieron que cruzar para mi lado, pero yo los vi venir y me dio tremendo miedo. Uno de ellos me miraba fijo y caminaba derecho a mi, y encima no dejaban de pasar autos, estaba condenado. Cuando llegó a estar al lado mío y cambiando totalmente la expresión de la cara a una exageradamente amable me dice (con vos de japonés canchero pero en perfecto castellano, casi uruguayo diría yo): "valor, nos sacás una fotela ahí, pero que salga el Palacio entero sacás? Encarás como funca la cámara, no vieja?". Y bueh...salió la foto.

2 comentarios:

  1. Todos tienen derecho al amor, lo que me puede preocupar un poco es la firmeza del nido de amor de esta pareja...

    ResponderEliminar
  2. Y si, a veces las apariencias engañan.

    ResponderEliminar