jueves, 17 de septiembre de 2009

Unbreakable

Creo ser invencible.
No lo soy.
Recibo los golpes
mientras mantengo una sonrisa.

No me duele.
En realidad si; un poco.
Pero es sólo un instante
y no acuso ese dolor.

Esta armadura suele fallar.
Los puntos débiles son sabidos
y no soy el único que tiene esa información.

¿A qué conduce este juego en el que no tengo chance de ganar?
La derrota es inevitable si no cambio de estrategia.

No parece muy inteligente quedarme quieto
hasta que una tirada de dados me haga avanzar;
pero el casillero de "pierde un turno"
me está obligando a hacerlo.

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