
Camino entre miles de personas.
Con aplausos por momentos.
En silencio otros tantos.
No estamos todos,
nos falta gente.
Hablo con una anciana
que con una cálida mirada,
me cuenta como han sido sus días
desde unos años atrás hasta hoy.
Me da fuerza para luchar.
Para encontrar la verdad
y que las cosas que hicimos mal,
no vuelvan a suceder más.
Nuestros ojos se acostumbraron a la oscuridad
y poco a poco empezamos a distinguir lo que nos rodea.
Se puede seguir en esa penumbra.
Pero teniendo la posibilidad:
¿por qué mejor no dejamos que se haga la luz
y al fin poder ver la totalidad del paisaje?